La
entrevista en diversos medios de comunicación escrita en Chile ha significado
en su mayoría exposición política, limpieza de imagen y demostración de nuevos
cambios sociales. Sin embargo, en la Revista Viernes hace cinco años se gestó
la idea de cambiar ese paradigma, por lo que se realizan entrevistas a mascotas
de diversas figuras de la esfera pública, actrices, animadores, políticos,
artistas, un sinfín de personas. Y el desafío lo asumió Cristóbal Bley para
escribirlo. Es periodista, se ha especializado en medios escritos. Me comenta
que le han hecho otras entrevistas, pero nunca solo escrita, dice que
usualmente le incomoda estar frente a un micrófono, ahora tiene puesto el de
los audífonos, desde su casa, en el escritorio de su esposa realizamos una
videollamada. Se ven pinturas, lettering y muchos libros en el fondo. Admite
que esta será la primera vez que esté a merced de la ficción y de su propio
relato, se ve algo incómodo, pero feliz. Luego de esta introducción comienzo
con una pregunta un poco controversial: En algunos medios “formales” han
catalogado tus entrevistas de “particulares e imaginarias”, ¿te parece un
adjetivo adecuado para mencionarte?
Se
piensa la respuesta, sonríe y finalmente dice: -No creo que quisieron que
sonara como realmente suena esa frase, creo que aún hay muchos que ven el
periodismo con una sola idea, fija, objetiva, aburrida. Lo que se sale de esta
norma, es distinto, es “particular”, aun
así, no es un tema que me aflija cómo las llaman sobretodo porque no me entero
de lo que escriben de mí (se ríe). O bueno ahora sí me enteré. Le pregunto si alguien
alguna vez se negó a la entrevista y me dice que jamás se han negado, les
encanta leer a su mascota personificada y en la entrevista pueden estar horas
hablando de su peludo. La verdad es que cada vez hay más personas con mascotas,
es la alternativa a no tener hijos. Le comentó sobre una entrevista que me
gustó mucho, una gata que desconfiaba de los machos, que era la imagen de la
tienda de sus dueñas y cuenta la anécdota:
-
Sí, tenía mucha personalidad esa gata, costó sacarle fotos porque huía del
fotógrafo y de mí. Fui con la Nori ese día porque antes fuimos a otro lugar y
nos pilló la hora. La gata solo se acercaba a ella, de ahí la desconfianza a
los machos en la entrevista. No tengo ninguna duda que lo que supuse era real.
Ha
escrito unas frases muy elocuentes para las mascotas, algunas de mis favoritas
son: “para saber a dónde vas, tienes que saber de dónde vienes”, “mi amor por
los museos no es correspondido” “no le tengo miedo a nada” “mi vida es una
ópera de tres actos interpretada por una soprano” “a pesar de todo me gusta la
gente” y la última, y le leo la mejor diciendo: la última tuya “soy solamente
emoción”
-Sí,
igual qué drástico suena “la última tuya”, la emoción es la Ronda. – la Ronda
es su perra cachorra. Le pregunto si se describe a sí mismo en la entrevista y
mueve la cabeza enfáticamente para responder: “No, para nada. Somos totalmente
contrarios con Ronda, como la describo es como un ser revoltoso y salvaje, yo
voy detrás de ella ordenando su desastre y la Nori (su esposa) le saca fotos y
los niños le aplauden. Ella es el centro de atención, es y no es una hija más. Es
busquilla, nos sorprende todos los días rompiendo de todo”.- Se ríe y mira
hacia abajo, como queriendo buscarla acostada entre sus pies, pero está solo en
la pieza. Le recuerdo a su perra anterior, la Chasca. Confiesa que aún sufren
su muerte en la casa, que inundaba la casa, que te seguía y miraba con ojos de
amor. -No la entrevistaste, ¿o sí?
-No,
no alcanzamos. Pudo haber sido distinta, nos conocíamos tanto, quizá ella me
hubiera entrevistado a mí, celosa de no poder dormir con la Nori en la noche y
yo sí. – Ambos reímos.
Pero
ahora dejó la Revista Viernes, por lo que describe sus entrevistas con un dejo
de nostalgia: - Hace tiempo pensaba irme, incluso con lo de la Chasca lo pensé,
que no pude cerrar el ciclo con ella, fue en el 2018, pero continué, quizá el
estallido social, no sé, pero me decidí, hace rato lo había decidido, solo que
aún no lo había hecho. Era un buen lugar, estoy satisfecho de mi trabajo y
fueron buenos, el café era malo sí.
Le
reconozco haberlo “conocido” por el instagram y podcast de su esposa Nori y sus
fotos. Pone cara de queja y dice que no le gustan las fotos, pero que la Nori
vive sacándolas, llenando baúles de recuerdos. Que le da pudor a veces, pero
que por ella tiene algunas muy buenas. Le pregunta si le molesta que ella
escriba y hable sobre él. --No, no me molesta, pero a veces sí cuenta mucho.
Siempre soy el amigo flaco buena onda que no habla y se acostumbran a que no
hablís. Pero sí me leen, ¿cachai? Quizá mi pinta no tiene la credibilidad que
la letra sí consigue. Por eso esa sección en la Revista Viernes gustaba tanto y
por eso le mandan mensajes a la Nori mandándome saludos gente hasta de
Australia.
Continuamos
conversando, ya no más preguntas periodísticas, entonces me presenta a toda su
familia, entran a la habitación y ahí en los brazos del “Chiqui” mordiéndole
las manos; la Ronda.
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